sábado, 22 de abril de 2017

El paisaje gris y dignidad en la calle
Mario Valero Martínez @mariovalerom

Han dado rienda suelta a sus ocultos demonios para aferrarse al poder y en este propósito cuentan con la parcializada e ilegal institucionalidad que justifica sus desmanes y legaliza su violencia, de igual manera se apoyan en grupos parapoliciales dispuestos a todo y constantemente amenazan con las tropas milicianas que, por cierto, fueron rechazadas en el referéndum del año de 2007 por la mayoría de venezolanos; para complementar la intimidación, el presidente se rodea de un grupo de militares que le declaran fidelidad personal, se autoproclaman revolucionarios, socialistas y chavistas. En ese panorama no hay duda al señalar que abandonaron la Constitución para buscar otros atajos que les facilite perpetuarse y ejercer una blindada supremacía carente de apoyo popular; por eso ahora no les interesan los procesos electorales ni hacen alarde de los triunfos obtenidos en el pasado.

En ese desesperado trajín relegaron la gobernanza al sótano del olvido y se han dedicado a privilegiar el ultraje y la represión en todas sus modalidades. Son muchas y terribles las evidencias que se han visto en estos días de abril; aún retumban las imágenes del helicóptero lanzando bombas lacrimógenas en Caracas y para colmo, cerca de un centro de salud; duelen los seis asesinatos de jóvenes venezolanos en las protestas que se suman a la lista de otros que han perdido la vida por reclamar sus derechos; golpea los cientos de detenidos acusados de terroristas y las torturas aplicadas a los hermanos Sánchez Ramírez, estudiantes y dirigentes del partido Primero Justicia, para obligarlos a firmar falsas acusaciones contra algunos diputados de su partido. En todos estos pavorosos actos también se describe la esencia del modelo cívico-militar bolivariano, sintetizada en esa tenebrosa consigna vocalizada con tanta vehemencia, patria o muerte. La patria es la minoría privilegiada que pretende aferrarse a un poder que se les desmorona, la muerte todos los demás.

No es exageración, es lo que aflora en tiempos de pérdida de las mayorías electorales y hasta de las ausencias de otrora fieles en el fatídico puente Llaguno para celebrar en necrófila bailanta muertos y balaceras; es también la manera de maquillar el estallido de los huevos y tomates podridos en los rostros revolucionarios. Y por supuesto, es la forma brutal de reprimir a la mayoría de ciudadanos que en las calles reclaman el respeto a sus derechos constitucionales, una vida digna, mejor calidad de vida y un gobierno democrático, eficaz y decente.

Ante todo ese paisaje gris, se antepone la esperanza, la persistencia y la mesura; pero sobre todo la sensatez para reconquistar los procesos electorales que pondránn fin a esta salvajada revolucionaria e iniciar la difícil y dura tarea de reconstruir a Venezuela en todas sus dimensiones- En ese rehacer del venezolano, salvo las cúpulas que nos arruinaron, todos somos necesarios con nuestras diferencias, virtudes, defectos y desavenencias.

Publicado en Diario La Nación. Táchira-Venezuela el 19/03/2017

sábado, 8 de abril de 2017

El origen de estos lodos
Mario Valero Martínez @mariovalerom

                Hace tiempo abandonaron los formalismos y aun cuando enarbolaban el librito azul como la Constitución más avanzada del mundo, se enfilaron a la progresiva imposición de una autocracia cívico-militar refrendada en las urnas del ventajismo electoral. Ya en tiempos del desaparecido “Comandante Supremo” se urdieron las artimañas para concentrar todo el poder posible, controlar la institucionalidad al máximo y alcanzar el objetivo oculto, instalar un régimen autoritario; Cuba, regida por el comunismo tropical de los hermanos Castro era el ejemplo perfecto, la asesoría indispensable.  Entonces empezaron diseñar un estado paralelo que respondiera a los intereses del caudillo bolivariano.
                El rechazo mayoritario a la pavorosa reforma constitucional sometida a consulta electoral en el año 2007 solo sirvió para rabietas en el Palacio Presidencial y germen de escatológicos insultos. La “nueva cultura política” del socialismo del siglo XXI se afianzaba en la escena mediática mostrando sus garras depredadoras. Poco importó la voluntad popular en su ejercicio democrático y con la inmediatez del caso trazaron las estrategias violatorias de toda institucionalidad para alcanzar uno de los principales objetivos del “Comandante Supremo”, aferrarse al poder “hasta la victoria siempre”. La difundida democracia participativa y protagónica era sólo una coartada y el ondeado librito azul letra muerta.
                El líder militar casi elevado al altar como santo patrono no sólo por los sectores populares, también por amplios grupos de clase media e incluso con simpatías en poderosos grupos económicos, no se contuvo; el incontrolable derroche del inmenso ingreso petrolero fue el milagro casi perfecto para sus propósitos.  Con el festín petrolero en marcha, muchos miraron a los lados, aunque no faltaron los que advirtieron las incertidumbres del futuro inmediato. Además, cualquier payasada era celebrada con entusiasmo, las bravuconadas se convertían en noticias de primera plana y tendencia en las redes sociales. En los escenarios internacionales se le aplaudía; sus aliados circunstanciales cercanos o lejanos, daba igual su orientación política de izquierda o derecha, eran complacientes con sus tragicómicas ocurrencias.  El petróleo barato tenía su precio escénico.
                Distraídos en este festín y sumergidos el espejismo temporal, el país se fue arruinando al tiempo que se socavaban las bases de la institucionalidad. No fueron pocos los que prendieron las alarmas, entre ellos la acorralada oposición política incluso con sus desaciertos, errores e inconsistencias; pocos oyeron.
                Estos lodos de hoy, tienen sus orígenes allí. Los herederos cívico-militares del desaparecido “Comandante Supremo”, los que regentan el poder político venezolano son adelantados seguidores de su ideal, excelentes alumnos. Al igual que su “Padre-Supremo”, no reconocen la voluntad popular cuando les es adversa, tal como ocurre con la Asamblea Nacional electa por una contundente mayoría. De la misma manera que lo hizo su “Mentor Eterno” violan constantemente la Constitución a través del férreo control institucional, contando con el incondicional apoyo del genuflexo Tribunal Supremo de Justicia que ha dictaminado aberrantes decisiones para afianzar una estructura dictatorial en el ejercicio del poder.
                Sin los cuantiosos recursos petroleros para repartir migajas al estilo de su “Guía Eterno”, no encuentran quien les celebre las bufonadas y como son rechazados por la mayoría de los venezolanos, entonces ordenan suprimir los procesos electorales y acentúan la represión siguiendo las hazañas de su “Guía Eterno” cuando prometió gas del bueno contra la disidencia. Sustituyeron las populistas misiones con la venta de controladas y humillantes cajas de escasos alimentos (CLAP), hundieron el sistema de salud, destrozaron la educación, empobrecieron a los ciudadanos que soportan la inflación más alta del mundo, 500% dicen los especialistas, pero en su dominio mediático no se inmutan al promocionar a Venezuela como un territorio cercano al paraíso.  Pero la verdad es que hoy, también somos un país de emigrantes pobres que dejan atrás a un gobierno que se jacta de tener un Viceministerio para la Suprema Felicidad; otra burla al ciudadano.
                Salvo en los aliados de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA), no consiguen eco en el escenario internacional, contrario a lo logrado por su “Padre Eterno”, entonces insisten en el comodín de la conspiración mundial que amenaza la fracasada Revolución Bolivariana; pero ya no engañan a nadie, se les acabó el juego geopolítico petrolero.
                Con todo estamos aquí, optimistas en medio de las turbias aguas venezolanas, bienvenida sean todas aquellas acciones que, independientemente de sus circunstancias, contribuyan a contener los desmanes del autoritarismo gubernamental y sus evidentes pretensiones dictatoriales. Todos merecemos una mejor calidad de vida en democracia y con libertad.  

Publicado en Diario La Nación, Táchira – Venezuela 06/04/2017
http://lanacionweb.com/columnas/opinion/el-origen-de-estos-lodos/

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