sábado, 15 de julio de 2017

Armas contra votos
Mario Valero Martínez / @mariovalerom

            El vídeo trascendió las fronteras venezolanas con una alocución que no sólo describe al personaje, también visualiza el oscuro futuro que nos podría esperar. En primer plano, micrófono en mano, arenga sobre el combate a librar para defender la revolución, sus movimientos son paquidérmicos en un escenario rodeado de algunos rostros inexpresivos, otros con miradas duras y no desentona el complaciente semblante del incondicional que ha ocupado varios ministerios, incluyendo de educación. El personaje entra en fase de agitación al grupo que lo escucha, eleva el tono de voz y advierte también al mundo "lo que no se pudo con los votos, lo haríamos con las armas”.  La cámara enfoca en cerrado plano a quienes se levantan de sus asientos, gritan y aplauden a rabiar.
Pero en verdad en ese escenario no dijo nada diferente a las repetidas arengas en todos estos años del siglo XXI venezolano, parafraseando a un amigo, un año de discurso repetido en dieciocho años. Siempre con la misma jerga, botas sobre civiles, balas contra votos, armas de todo tipo, guerras de diversa generación, comandos superiores, estratégicos y operacionales, revolución cívico-Militar.
En la pretendida advertencia el personaje tampoco dijo nada distinto que no se corresponda con sus actuaciones en nuestra grave y agitada realidad nacional en la que solo le quedan algunas armas. Unas están en las calles reprimiendo, humillando, encarcelando, asesinando; las lamentables y dolorosas 93 muertes en 100 días de manifestaciones no requieren más comentarios, describen casi todo. Las otras armas están en los controlados poderes que convalidan todas las ilegalidades del ineficaz régimen que está bajo su mando, como el Tribunal Supremo de Justicia y el Consejo Nacional Electoral.
            Los irresponsables que tienen a cargo todo ese arsenal, para expresarlo en el tono bélico de los revolucionarios bolivarianos, actúan disciplinadamente para tratar imponer  la fraudulenta Asamblea Nacional Constituyente rechazada por una amplia mayoría de venezolanos, porque como se ha dicho hasta la saciedad, no va a resolver la grave crisis social, económica o política en que nos han sumergido. Pero no hay que ser muy perspicaz para descubrir que todo esto es un pretexto que busca desesperadamente los mecanismos de permanencia en el control del poder político.  El timo es tan enorme que ya no se trata de la violación constitucional o la transgresión las normativas electorales. También se devela en las escasas propuestas anunciadas por algunos voceros-candidatos del gobierno para solventar crisis económica, no hay novedad discursiva, son las mismas políticas con que arruinaron al país y nos empobrecieron a casi todos, estatismo, regulación, control de precios, expropiaciones, fracasadas misiones y por supuesto, militarización de la sociedad.
Ni en sus propias filas convencen, se les agotó la prédica, ya no hay votos para conquistar y solo les quedan las desprestigiadas armas institucionales y las otras que reprimen.  Por eso hay otra lectura en el amedrentador discurso del personaje citado que alguna vez, en difusas elecciones, resultó presidente de Venezuela; trasfondo la amenaza es una confesión del inocultable hundimiento del experimento revolucionario, saben que no hay vuelta atrás y el tiempo les es precario.

Este artículo fue publicado en Diario la Nación, Táchira-Venezuela el 13/07/20017   
http://lanacionweb.com/columnas/opinion/armas-contra-votos/

sábado, 1 de julio de 2017

Prepotentes y déspotas 
Mario Valero Martínez
@mariovalerom
            Prepotentes y soberbios, así se pavoneaban por América Latina, Europa y también por el continente asiático, proclamando el socialismo del siglo XXI como bálsamo para salvar el mundo. No falto el amplificado eco hasta en adversarios ideológicos, incluso mandatarios de variadas estirpes aplaudían sus gracias; tampoco sobraron los supuestos “teóricos e “intelectuales” de muy dudosa fama mundial que disertaban sobre las supuestas maravillas de la revolución bolivariana. Y que decir de la llamada academia hispanoamericana donde era casi imposible asumir una postura crítica sobre la casta gobernante venezolana, menos aún disentir de su líder cívico-militar porque de inmediato saltaban los insultos de siempre, derechista, golpista, neoliberal y hasta el escuálido lo oímos alguna vez. 
            Pero en realidad no brillaban con luz propia, era una luz artificial conectada a los derivados del pozo petrolero y una chequera que se agitaba en los más oscuros rincones de la sobornada solidaridad. Para eso funcionaron a la perfección las fachadas integracionistas como Petrocaribe y la ALBA.
            Déspotas y altaneros hoy se mueven entre los residuos y la podredumbre, cobrando alguna cuenta en el paraíso fiscal caribeño o prometiendo un chorrito de petróleo a cualquier inescrupuloso negociante centroamericano o suramericano. Se les apagó el brillo de la luz artificiosa. Sólo les queda el soporte de la marginal y atrasada izquierda en España, Francia y Suramérica, algún devaluado foco guerrillero, unos pocos panfletarios revestidos de intelectuales, un par de fracasados y desprestigiados expresidentes ¡ah! También Raúl Castro, Mugabe y Putin.
            Prepotentes y soberbios, así asumieron la conducción del país prometiendo el paraíso en este territorio. Entonces con el apoyo mayoritario cambiaron la Constitución Nacional ofertaron empoderar al pueblo y “refundar la República para establecer una sociedad democrática, participativa y protagónica…”. Así lo plasmaron en la Constitución Nacional y con grandilocuencia lo divulgaron por el mundo. También prometieron la gótica de petróleo para cada venezolano y anunciaron en un acto de astucia un conjunto de misiones sociales para superar la pobreza. En paralelo, durante mucho tiempo, cualquier acto disidente era calificado como un intento de golpe de estado que respondían con financiadas y costosas movilizaciones; así se lo hacían saber al “solidario” escenario internacional.
            Pero en realidad, como ha quedado demostrado, todo era una farsa pura y dura que solo tenía como objetivo adueñarse y perpetuarse en el poder. Ahora la chequera no tiene fondos, el caudillo ha desapareció y hasta sus propios correligionarios los abandonaron. Arruinaron en país, las misiones sociales y otros beneficios como los CLAP, así como los inverosímiles carnets de la patria, se crearon como los mecanismos humillantes del control político de la población vulnerable, de los más pobres. La democracia una fachada.
            Déspotas y altaneros, apoyados en un cuestionado Tribunal supremo de Justica y un perverso Consejo Nacional Electoral, hoy se mueven en los escombros revolución para impulsar un fraude e imponer un artilugio camuflado en Asamblea Nacional Constituyente de oscuros propósitos. Para alcanzar ese objetivo han desatado la brutal represión militar y han dado rienda suelta a los salvajes colectivos que actúan con saña, sin tapujos ni remordimientos.  Este es el único escenario que les queda a los falsos profetas de la revolución.
Publicado en Diario La Nación Táchira-Venezuela29/06/2017




Posturas sin matices Mario Valero Martínez Publicado en Diario La Nación.   Táchira-Venezuela 25/05/2018 Hace unas décadas ...