Votar,
compromiso imprescindible
Mario
Valero Martínez / @mariovalerom
La
despectiva declaración causó desagrado, enfado. Ir a elecciones regionales,
señaló una dirigente nacional, “es entregar todas las fuerzas acumuladas en
estos días por unas migajas de poder efímero y ficticio”. Su propósito,
deslindarse de la decisión asumida por la mayoría de los partidos opositores
agrupados en la Mesa de la Unidad Democrática de acudir a las elecciones de
gobernadores, a pesar de los obstáculos del gobierno y de las sumisas
instituciones como el Consejo Nacional Electoral. La infeliz declaración tuvo
inmediata propagación en los reducidos espacios virtuales de los extremistas
tuiteros y se podría comparar con ese rechinante ruido que se escucha en
determinados lugares, generando molestias y negativo impacto ambiental.
La injuriosa asociación entre elecciones
regionales y reparto de migajas de poder, seguramente forma parte del juego
anti-político de profetas nacionalistas que llevan atado al cuello la bandera
patria para exhibir en heroicas tarimas donde se proclama todo o nada. Al leer
la desafortunada declaración emergió en la memoria la intervención de otro
“dirigente nacional” que hace años, en cerrado escenario, comunicó a los asistentes
que se enviaban los lineamientos a las provincias pues, deberían entender que
en Caracas estaba el centro del debate y la producción política.
No
asombran estas posturas, tal vez irritan un poco, pues forman parte de esa
comparsa que tanto daño ha causado en la geografía cultural (y política)
venezolana, al relegar a planos secundarios lo regional y lo local. Algunos suelen
decir con candoroso (y peyorativo) tono, allá en el interior, en la provincia,
en el país profundo. Se podría pensar que tal vez no han entendido el cambiante
mundo de la globalización ni se han detenido a examinar los impactos
socio-espaciales y territoriales de las tecnologías de la información y la
comunicación.
Esa perspectiva se ha reforzado
considerablemente desde la otra orilla, es decir, desde las altas esferas
autocráticas y neo-dictatoriales que gobiernan a Venezuela al intentar imponer
el centralizado control territorial, debilitando las administraciones estadales,
municipales y buscando ejercer férreo y directo dominio del ciudadano a través
del abominable carnet de la patria. Por eso, gobernaciones y alcaldías que no
estén bajo su dominio, les estorban en sus estrategias de perpetuación en el
poder. Las desprecian pero, por ahora, las necesitan porque han fracaso en los
todos los ensayos controladores como el estado comunal o la fraudulenta
Asamblea Nacional Constituyente.
Y como tienen certeza que para la próxima
contienda electoral no cuentan con el apoyo mayoritario de los electores, entonces
acuden a las artimañas provocadoras del desencanto generalizado, promocionado
las elecciones como una dádiva, una concesión a la oposición, es decir, una
migaja de poder. Buscan desesperadamente la abstención y sólo tienen eco en esa
otra orilla, donde se califica de efímero y ficticio este proceso electoral. Esta
es una postura destructiva y antidemocrática.
Habrá
que insistir una vez más, elegir gobernadores no es un acto menor ni las
elecciones regionales un juego político provinciano. Tampoco es un regalo o una
limosna del gobierno. Estas elecciones forman parte de las obligaciones
constitucionales y los derechos ciudadanos, y en las actuales circunstancias
podrían convertirse es un poderoso evento demostrativo de rechazo a ese
espantoso desastre causado por la revolución bolivariana. En el futuro cercano,
las gobernaciones serán pilares fundamentales en la reconstrucción de Venezuela.
Por lo tanto, votar en las elecciones regionales es un compromiso imprescindible.
Este artículo fue publicado el viernes 06/10/2017 en Diario
La Nación-Táchira.
Este es el enlace. http://lanacionweb.com/opinion/votar-compromiso-imprescindible/