Geografía
y Literatura
Mario Valero Martínez / @mariovalerom
Al observar la contemporánea ampliación temática de
los estudios geográficos se detectan los crecientes intereses por abordar las
miradas que tienen los novelistas, cuentistas y poetas sobre los territorios
reales o imaginados. Al mismo tiempo, varias tendencias abocadas a las
investigaciones literarias han puesto los focos de atención en el análisis de los
espacios geográficos y sus configuraciones paisajísticas. Esta interacción geográfico-literaria
ha adquirido una vasta importancia académica y especialmente se explora como
soporte orientador de las prácticas pedagógicas; pero también está generando fructíferos
resultados más allá de los escolarizados muros, al incorporarse progresivamente
en los lineamientos culturales de las gestiones territoriales.
En ambos escenarios hoy es posible encontrar diversas
instituciones que apoyan decididamente las investigaciones interdisciplinarias
en dichas áreas y cada vez son más las administraciones locales o regionales que
incluyen la literatura y sus derivaciones en turismo literario como parte de
las estrategias para tratar de ampliar y aprovechar al máximo los espacios
culturales. Quizá los ejemplos más evidentes se perciban en las crecientes ofertas
que invitan a realizar los recorridos urbanos, trazando como itinerarios
referenciales las visuales sobre la ciudad aportadas por los escritores en sus
textos literarios. En muchos casos, esas propuestas se apoyan también en las
digitalizadas cartografías elaboradas a través los sistemas de información
geográfica con el propósito de proyectar, nítidamente, estos recorridos en los
espacios virtuales.
En español, con sus puntos, comas, interrogantes y
puntos suspensivos, existe un fantástico abanico de obras en las que los literatos
recrean los diversos escenarios geográficos, ofreciendo otras perspectivas para
descifrar, comprender y explicar, por ejemplo, los paisajes, las ciudades o las
cotidianidades de sus calles. Pero no ha de extrañar que en esas andanzas
geográfico-literarias, tropecemos en este siglo XXI con individualidades
atrapadas en alguna huella decimonónica del parroquiano ruralismo
latinoamericano que, en correspondencia con la defensa de la rígida parcela
disciplinar, dictamine, sentencie: eso no procede. Entonces habrá que rebelarse
y continuar por los senderos exploratorios de los territorios culturales.
Publicado en Diario La Nación-Táchira-Venezuela
05/06/2015
http://www.lanacion.com.ve/columnas/opinion/geografia-y-literatura/
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