Posturas
sin matices
Mario Valero Martínez
Publicado en Diario La Nación. Táchira-Venezuela 25/05/2018
Hace
unas décadas un periodista le pregunto a un famoso jugador de futbol del Real
Madrid la opinión sobre el partido a disputar con otro reconocido club español;
la respuesta fue inmediata, “si metemos más goles ganamos, sino los metemos
perdemos”. Para el entrevistado no habían otras variables que pudieran
intervenir en el juego como por ejemplo,
las condiciones del campo, la actitud del árbitro, la emocionalidad del
público, la estrategia del entrenador, el estado de ánimo de sus compañeros de
equipo o las condiciones del tiempo. No había matices en su respuesta, por
cierto casi todos los jugadores de futbol responden en los mismos términos.
A qué viene este cuento. He
recordado estos días la respuesta del jugador a raíz de la intolerancia desatada
en determinados ámbitos de la opinión en Venezuela, sobre todo en esa red
social llamada twitter a veces tan ofensiva y cargada de violencia. Y no dejó
de sorprender la actitud asumida por algunos “consagrados analistas” y “famosos
columnistas” que describían la reciente situación electoral venezolana en
blanco y negro, algo así como la mirada del jugador de futbol, sin matices. Sí más
gente vota por tal candidato, gana, sí vota menos, pierde; no les importó el
entorno ni la estrategia del gobierno, el clientelismo, el perverso uso de la
pobreza, las inhabilitaciones políticas, la manipulación del proceso electoral
y un largo etc.
Los
hubo –los hay- de todas las tendencias, especies, colores, y no se conformaron
con esa simpleza, también asumieron actitudes prepotentes e intolerantes contra
quienes se atrevían a disentir de sus sesudas posturas, explayándose en su contra-argumentación
con expresiones como mensos, lineal-pensantes, colaboracionistas y una larga
lista de epítetos. En el enlodado debate sobre el manipulado procesos electoral
sobraron los ejemplos, nada distinto a las agresiones oficialistas de
escuálidos, vende-patrias, terroristas, arrastrados y tantos que hemos
escuchado por estos años.
El
twitter es el campo de batalla preferido donde los fanáticos desatan las furias
contra sus adversarios, aunque al final de un intenso día de mutuas
acusaciones, no se diferencian en sus modos y todos se convierten en “guerreros
del teclado”. A veces encontramos mensajes lamentables que defraudan y dejan
mucho que pensar, sobre todo cuando son de algún admirado personaje, un ilustre
y respetado profesor o alguna celebridad por la que sentimos ese distante
afecto.
En el
irracional intercambio tuitero sobre las truculentas elecciones presidenciales
de Venezuela, leí un mensaje que un famoso “intelectual” defensor de votar envió
a los abstencionistas y digamos que también lo dirigió a quienes tenían
razonables argumentos para no votar; el tuit decía “los que se dieron por
derrotados no merecen la libertad”. Confieso que leí el mensaje varias veces y
quedé desconcertado, alarmado ¿Cómo calificar ese mensaje? ¿Cómo interpretar
ese exabrupto del reconocido personaje? Pensé en mis amigos chilenos que
huyeron derrotados por la dictadura de Pinochet, en mis amigos exiliados
cubanos, en todos esos migrantes que huyen derrotados de Siria, en los
venezolanos que emigran por las fronteras vencidos por esta trágica situación
venezolana. Recordé los desvelos que hemos tenido todas esas noches, para al
final escuchar los anuncios de resultados adversos en el ventajista escenario
electoral, y esa terrible sensación de fracaso al día siguiente.
El
fanatismo oscurece, pero también aflora ocultas maneras de pensar y en algunos
emerge la supremacía de creerse poseedores de la verdad absoluta. A pesar del miserable
tuit, los derrotados venezolanos merecemos vivir en libertad y seguiremos
enfrentando a este oprobioso gobierno.
Publicado en Diario La Nación. Táchira-Venezuela 25/05/2018 @mariovalerom